Novedades en la ciencia del vino

sábado, 10 de agosto de 2013

La Ampelografia


La ampelografía

                                                                                                                Carlos Catania

Esta palabra complicada viene del griego, significa simplemente “descripción” de la vid” y ha desvelado durante siglo a los hacedores de vino. Y con razón, pues la vid tiene una gran capacidad de mutación genética que va produciendo cambios de distinta magnitud en la planta que luego incidirán en la producción de un vino totalmente diferente constituyéndose en otra variedad.

La vid tiene un origen muy antiguo y es por ello y por su gran capacidad de mutación, que existen actualmente una cantidad elevada de variedades de vid, que fueron conocidos con distintos nombre según época y lugar. Para colmo una misma variedad puede presentar algunos cambios según región y modo de cultivo.Por ello  identificar correctamente un cepaje o variedad puede ser algo complicado y es generalmente una tarea reservada para especialistas en el reconocimiento varietal, más comúnmente conocidos como “ampelógrafos”.

La  forma de la hoja,y de sus componentes (peciolo, lobunos y nervaduras) es sin duda la más importante para una correcta identificación  También se tienen en cuenta la forma de brotes,  racimos y granos.

Nuestro país tuvo que lidiar con una tremenda  confusión varietal, para poder llegar al estado de certeza actual, donde la mayor parte de los vinos se venden como vinos varietales perfectamente identificados.  En efecto existían  variedades “criollas” (reproducidas a partir de semillas traídas durante la conquista), variedades  “europeas” de distintos orígenes aportados por los inmigrantes europeos en el siglo  XIX y variedades producto del cruzamiento entre ambas como es el caso del Torrontés. Con el correr de los años los verdaderos nombres se olvidaron y luego se usaron  denominaciones incorrectas, llegando así  a tener una verdadera confusión varietal.

La primera ampelografía apareció en 1911(L. Suárez). Luego de un trabajo del INTA de varios años (J. Vega, W. Cinta y A. Alcalde) se logró una correcta identificación  de nuestras uvas. Así se descubrió entre otros  que lo que llamábamos Riesling era en realidad Tocai friulano, la  Barbera era Bonarda.   También descubrimos que teníamos Chardonnay y Sauvignon Blanc del mejor, y caso casi único en el mundo, formas muy antiguas de Cabernet -Sauvignon y Malbec

Nuevos estudios nos han mostrado que cada variedad pueden tener pequeñas diferencias en su forma  que se denominan clones. Dan vinos de diferentes matices y son muy requeridos por las bodegas para afinar sus vinos.

La ampelografía es Indudablemente es una tarea que nunca termina pero que actualmente cuenta con una herramienta formidable para casos de duda: el estudio del ADN. Sin embargo la observación visual sigue siendo la  utilizada por los Ing. Agr. a cargo del viñedo siempre atentos a la aparición de alguna cepa intrusa que requiere de cuidados diferentes y que puede perturbar las características sensoriales del futuro vino.